La toxina botulínica es una proteína natural purificada que relaja los músculos faciales. Se inyecta en pequeñísimas dosis donde existen arrugas de expresión, como en el entrecejo, las patas de gallo y la frente, para conseguir la eliminación o atenuación de las mismas.
No es un material de relleno, por lo tanto no elimina las arrugas mediante el aporte de volumen, sino que actúa sobre los músculos de la cara relajándolos y disminuyendo el impacto de las contracciones en la piel, y prevenir la aparición de nuevas arrugas, manteniendo una expresión facial natural.
Es un tratamiento seguro que en EEUU se utiliza desde hace casi 20 años con resultados excepcionales y que no requiere prueba de alergia. Los efectos son siempre temporales y reversibles.
No necesita pruebas de alergia ya que se aplican dosis muy bajas que reabsorbe nuestro organismo.
Es un tratamiento que no precisa anestesia y se realiza en consulta.