Desde muy temprana edad, se crean arrugas de expresión o mímicas en el rostro por la contracción de los músculos faciales específicos para transmitir emociones como la alegría, la admiración o el dolor.
La toxina botulínica es una proteína natural purificada que relaja los músculos faciales. Este tratamiento se lleva a cabo realizando pequeñas inyecciones en zonas como en el entrecejo, la frente o las patas de gallo, para conseguir la eliminación o atenuación de las arrugas de expresión.
El bótox no es un material de relleno, por lo tanto, no elimina las arrugas aportando volumen. Su función consiste en bloquear de forma reversible el impulso nervioso que produce la contracción muscular. De esta forma, se produce la relajación de los músculos faciales logrando detener la aparición de las arrugas de expresión causadas por el impacto de las contracciones musculares en la piel. Su efecto es temporal y mantiene la expresión natural del rostro.