Se trata de un novedoso y altamente refinado concepto de manipulación de la grasa para aumento o remodelación de las estructuras faciales.
El sistema se basa en la extracción, mediante jeringa de aspiración y bajo Anestesia Local, de una cantidad de grasa de cualquier zona corporal accesible y donde la extracción de dicha grasa no suponga crear una deformidad, por ejemplo abdomen, caderas, etc.
Esa grasa extraída se empleará después como material de implante para remodelar o aumentar determinadas zonas faciales o corregir surcos y arrugas.
Para que ese material graso a implantar sea grasa lo más purificada posible, libre de otros componentes tales como sangre, suero, Anestesia Local de la zona de extracción, se somete a un delicado proceso de manipulación.
La grasa extraída es preparada en tubos especiales manteniendo se esterilidad y colocada en una máquina centrífuga especialmente diseñada para, con una velocidad de rotación especifica y un tiempo de rotación determinado, separar las células grasas sin destruirlas permitiéndonos lograr así, una cantidad de grasa purificada, que emplearemos para implantar.
La implantación de esa grasa en la cara, se hace también bajo Anestesia Local, con jeringas de pequeña cantidad (2-3cc.) que nos permitan ir colocando cantidades precisas en los lugares adecuados.
Ese tipo de microinfiltraciones son ideales para lograr aumento de labios superior e inferior, corrección de surcos nasogenianos, arrugas de labio superior o periorales, aumento de pómulos o de barbilla, e incluso para remodelar cejas o arrugas frontales y de entrecejo.
La utilización de grasa purificada y sin desestructurar, nos permite eliminar alguno de los principales inconvenientes que hasta ahora tenían los implantes grasos:
– Por un lado, la reabsorción de la grasa implantada, puesto que al no haber otros elementos tales como sangre pura, la reabsorción del implante es prácticamente nula, habiéndose visto duración de dicha grasa implantada hasta 9 años después.
– Por otro, la necesidad de sobrecorregir los defectos donde se implanta la grasa con vistas a prever que al reabsorberse parte del implante con el tiempo, nos quedáramos cortos en el volumen implantado. Basta colocar la cantidad que vemos necesaria para eliminar el defecto existente.
Señalamos finalmente la importancia de que esta técnica permite la remodelación facial sin necesidad de colocar implantes plásticos o materiales extraños al organismo, y todo ello bajo anestesia local, sin incisiones que dejen cicatrices visibles y sin necesidad de ingreso hospitalario, pudiendo la paciente reincorporarse con facilidad a su actividad habitual.
Instituto de Cirugía J.M.M.
Dr. Julio Millán Mateo
(Clínica Ruber)